El tablero y las redes ( 3/05/2017)
Slaughter tiene una rica trayectoria: catedrática de Derecho Internacional, decana de la Escuela Woodrow Wilson de Asuntos Públicos e Internacionales de Princeton, directora de Planeamiento (Policy Planning) del Departamento de Estado con Hillary Clinton (cargo que tuvo que dejar para ocuparse más de sus hijos, sobre lo que escribió y causó polémica) y ahora presidenta del think tank New America, uno de los más dinámicos en la actualidad.
Sin duda, como reconoce, las redes no son algo nuevo, y el ser humano es relacional. Su escala y alcance sí, como puso de relieve hace ya años el sociólogo Manuel Castells, ampliamente citado por la autora. Refuerza la idea de que cuanto más densa sea la red de relaciones de una persona, grupo organización o gobierno, mayor será su influencia. Pero, señala, no hay estrategia para ello. Al menos, no la hay para EEUU. Justin Trudeau en Canadá ha bautizado su política exterior como “Estrategia de Redes Globales”. Y la UE, en su Estrategia Global de 2016, sí declara que “asumirá funciones de definición de la agenda, de comunicación, de coordinación y de mediación en una red interconectada de participantes” y que “cooperará tanto con Estados y organizaciones como con el sector privado y la sociedad civil”.