El 28 de febrero Medicus Mundi distribuía por twitter un informe de ISGlobal (Instituto de Salud Global), con sede en Barcelona, redactado con ayuda de la Fundación Ramón Areces, sobre las Contribuciones españolas en la lucha contra la malaria entre 2000 y 2010.
El informe se abría con la siguiente reflexión general sobre el estado de la cuestión:
Si hasta hace muy poco tiempo la malaria se extendía por prácticamente todo el mundo, incluyendo España, hoy por hoy la enfermedad se encuentra circunscrita a las regiones tropicales del mundo, muy especialmente el África subsahariana, donde significa un verdadero lastre en términos de salud, desarrollo económico y progreso social. Tan sólo en 2010 murieron alrededor de 660.000 personas y seregistraron 219 millones de casos de una enfermedad que se ceba sobre todo en niños y mujeres embarazadas. En términos económicos, se calcula que África pierde alrededor de 9.500 millones de euros cada año por culpa de la malaria, lo que resulta especialmente descorazonador teniendo en cuenta que harían falta menos de la mitad de esos recursos para cubrir las necesidades de control de esta enfermedad a un nivel global.Sin embargo, gracias a un incremento sustancial de los recursos disponibles, sumado a una renovada voluntad política, una mejor coordinación de los actores involucrados y la disponibilidad de herramientas no vedosas desarrolladas tras años de investigación científica al respecto, en la última década se han conseguido algunos logros espectaculares. Globalmente, en la primera década del siglo XXI el índice de mortalidad por malaria se redujo en un 26%, lo que significa que más de un millón de muertes fueron evitadas gracias a las intervenciones contra la enfermedad.