La historia de un desasosiego imperial: España y la Segunda Guerra Mundial
Vicente López · 1 sep, 2014
Juan Vigón entrega en junio de 1940 a Adolf Hitler una carta de Francisco Franco, recién estrenado Caudillo de España:
“Querido Führer: En el momento en que lo ejércitos alemanes bajo su dirección están conduciendo la mayor batalla de la historia a un final victorioso, me gustaría expresarle mi admiración y entusiasmo y el de mi pueblo, que observa con profunda emoción el glorioso curso de una lucha que ellos consideran propia. […] No necesito asegurarle lo grande que es mi deseo de no permanecer al margen de sus cuitas y lo grande que sería mi satisfacción al prestarle en toda ocasión los servicios que usted estime más valiosos.”
Unos meses después, en octubre, el Caudillo y el Führer se encontrarían en Hendaya de dónde según Serrano Suñer asegura, Franco quiso volver a España diciendo: “fui sin nada y os traje un imperio” siguiendo lo que él entendía eran las directrices que el testamento de Isabel la Católica había legado a España: expansión, África, Imperio y unidad. ¿Pudo, quiso o evitó la dictadura franquista la entrada de España en la II Guerra Mundial? ¿Cuáles eran las verdaderas ambiciones de Franco y su régimen surgido de la Guerra Civil? ¿Qué era lo que pensaban las otras potencias al respecto? Muchas otras preguntas se derivan de éstas, y a pesar de la existencia de una prolija bibliografía al respecto, la labor propagandística del franquismo está aún muy presente. Todas estas imágenes falaces, ampliamente difundidas y enraizadas en el imaginario colectivo de los españoles y españolas, se mezclan a la vez con rumores ideologizados, evidencias documentales y estudios serios sobre lo que realmente sucedió, creando una nebulosa en medio de la cual es difícil separar el mito del hecho. Abordemos aquí, modestamente esta necesaria labor de separación.