Todo el mundo tiene derecho a desconectar. Incluso los políticos. Y cada cual a su manera. Josep Borrell, ministro en funciones de Asuntos Exteriores, lo ha hecho en la tarde de este viernes en la Escuela diplomática de Madrid. Borrell ha formado parte de la presentación de un libro que homenajea a Fernando Morán, quien propició, también al mando de Exteriores, que España ingresara en la actual Unión Europea (UE) en 1986. El cóctel era perfecto: recordar la importancia de esta incorporación, lucir de antemano el cargo de alto representante europeo que se oficializará en noviembre y, de paso, reencontrarse con colegas diplomáticos.
La obra se titula El lugar de España en las Relaciones Internacionales. XXXIII aniversario de la incorporación de España a la Unión Europea y recopila testimonios de académicos y personalidades de cuando España entró en el prestigioso club allende los Pirineos. Borrell ha aludido a la cordillera en dos ocasiones durante su discurso, rico en anécdotas e ironías: la una para explicar que, gracias a la labor de Morán, Europa ya no terminaba al sur de Francia. La otra, para ensalzar a su pueblo, Pobla del Segur (Lleida), como lugar natal de otro ministro de Exteriores, Pedro Cortina, que dirigió esa cartera a finales del franquismo
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