Relaciones Internacionales – Comunicación Internacional

Merkel, sin rival a 10 meses de las elecciones

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El mal llamado cuarto poder organiza cada diciembre en Alemania desde 1951 un gran baile, inaugurado tradicionalmente por el presidente de la república. El pasado viernes, unos 2.500 periodistas y políticos se dieron cita en el hotel Intercontinental de Berlín para la ocasión en un ambiente agridulce.

Dulce porque pocos países occidentales han resistido mejor la crisis de los últimos cinco años que Alemania. Triste porque se acababa de conocer el cierre próximo del Financial Times Deutschland tras 12 años de pérdidas, y las bancarrotas recientes del Frankfuter Rundschau y de la agencia DAPD, la segunda más importante del país. ¿Qué piensa de la crisis del periodismo alemán?, preguntaron al ministro de Defensa, Thomas de Maizière.

“Hay muchas crisis”, respondió, según cuenta Lucian Kim en el New York Times. “A mí me preocupan las crisis mundiales”. Como la del periodismo, para la mayoría de los alemanes hasta hace pocos meses la crisis se conjugaba en plural y en otros idiomas. La veían como una especie de pandemia extranjera que, con su centrismo austero y su nacionalismo callado, Angela Merkel había logrado sortear con relativo éxito. Los sentimientos están cambiando a medida que la economía se ha enfriado.

“Vivimos tiempos turbulentos y a veces nos encontramos en aguas tormentosas”, declaró ayer la canciller ante el congreso de su partido en Hanover. “Pero la CDU es el único partido alemán con una dirección clara para conducir a nuestros país por estos mares”.

Los 8 minutos de aplausos que siguieron a esas palabras reflejan el casi 70% de aprobación que Merkel sigue teniendo en las encuestas y la ausencia de un adversario serio, capaz hacerle sombra, dentro y fuera de su partido.  Diez meses en política son una eternidad, pero la física este-alemana de 58 años apadrinada por Helmut Kohl tras la unificación y fortalecida por su defensa de los intereses de Alemania en la difícil travesía del euro desde 2008, sólo ve un peligro: que los liberales no superen la barrera del 5% exigida para entrar en el Parlamento y se vea obligada, para gobernar, a buscar otra gran coalición, como la que pilotó de 2005 a 2009, con el SPD, o a probar una alianza con los Verdes.

Sería ésta una coalición sin precedentes, pero no tan descabellada tras el éxito de los Verdes en Baden-Würtemberg y en su capital, Stuttgart, donde manda el ala burguesa del partido. Por si acaso, en su debate sobre la reforma energética los conservadores ya se están haciendo eco del programa ecologista en su apuesta por la desnuclearización total en 2022.

Los Verdes acaban de elegir nuevo líder a Katrin Göring-Eckardt, dirigente moderada de la Iglesia Luterana, de la ex RDA  como Merkel. Otro ramo de olivo para una posible coalición si se confirma el hundimiento de los liberales y el SPD de Sigmar Gabriel y del ex ministro de Finanzas Peer Steinbrück sigue cediendo votos a nuevos partidos, como los Piratas. Algunos creen que esa deriva podría frenarse con una reforma electoral. (Texto publicado en EL MUNDO -Internacional- el 5 de diciembre de 2012)

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