Enero de 2015. En un anuncio televisado, altos cargos del Partido Popular charlan sobre la economía con el presidente Mariano Rajoy. Pese a que los indicadores señalan que España está dejando atrás lo peor de la crisis, el gobierno no parece capaz de transmitir esta noticia a los ciudadanos. “Nos ha faltado darle piel a las cifras”, concluyen a modo de autocrítica. En las elecciones celebradas en diciembre de ese año, el centro-derecha perdió un tercio de sus escaños.
¿Dilemas de un ejecutivo que apenas prestaba atención a la comunicación política? No exactamente. En 2016 se reprodujo la situación con el centro-izquierda estadounidense. Tras una campaña autocomplaciente, confiando en la recuperación económica sobre la que presidió su predecesor, la demócrata Hillary Clinton esperaba derrotar de manera holgada a un Donald Trump radical y bruto. Pero el futuro le deparaba otros planes. Tanto en España como en Estados Unidos, el descontento económico ha dado paso a la fragmentación política, el auge de partidos “populistas” y una polarización social taladrante. Salvo excepciones, el resto de la Unión Europea se encuentra en una situación similar.
La economía del enfado | Política ExteriorEl descontento económico da paso a la fragmentación política, el auge de partidos populistas y la polarización social taladrante. Es la economía del enfado. politicaexterior.com 1:10 PM · Jun 28, 2020