Relaciones Internacionales – Comunicación Internacional

Relevo en la dirección de El Mundo y el futuro de la prensa

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Cambia el director, sigue la orquesta

No niego que en muchas ocasiones -y especialmente durante estos durísimos años de crisis económica y putrefacción política- he tenido la sensación de estar atrapado por el deber de

http://youtu.be/dTjy9y7PsZM

The goodbye speech of Pedro J. Ramírez, editor of the Spanish daily El Mundo, at the newsroom in Madrid. He founded the newspaper in 1989 and was fired by RCS on January 30, 2014. He explains here his ouster as retaliation for publishing scoops about the illegal campaign donations linked to the Spanish PM Mariano Rajoy and corruption scandals of the Spanish Royal Family. (Published on Jan 30, 2014)

EL MUNDO @elmundoes

Última carta de Pedro J. Ramírez como director de El Mundo, publicada el 2 de febrero de 2014

Esta es mi última Carta como director de EL MUNDO. Y este número 8.808, el último en el que mi nombre aparecerá encabezando la mancheta. Así ha sido desde que hace 25 años fundé este periódico junto a mis compañeros. Y si a estos 8.808 días les sumamos los 3.151 de ‘Diario 16’, son 11.959 días dirigiendo periódicos. Multiplíquese la cifra por una conservadora tirada media de 250.000 ejemplares y el resultante son nada menos que 2.989.750.000 copias a lo largo de 34 años. Casi 3.000 millones de periódicos distribuidos con mi firma durante más de la mitad de mi vida. Si contamos, también por lo bajo, 4,5 lectores por ejemplar, estamos hablando de al menos 13.500 millones de lectores. Unas cifras como para marear y baldar a cualquiera. No a mí.

Voy serenamente camino del vientre de la ballena pero, a diferencia de Jonás, yo no me he ofrecido como víctima propiciatoria. Han sido los propietarios del periódico quienes, en uso de sus legítimas atribuciones, han decidido poner fin a esta etapa. No estaba, no estoy cansado. Si de mí dependiera habría seguido siendo director de EL MUNDO no ya este año, no ya los tres años más que me quedaban de contrato, sino toda la vida. Así se lo dije, mirándoles a los ojos, a quienes tomaron la decisión. Y si hoy me volvieran a ofrecer el puesto, lo aceptaría de nuevo sin parpadear.

No niego que en muchas ocasiones -y especialmente durante estos durísimos años de crisis económica y putrefacción política- he tenido la sensación de estar atrapado por el deber de actuar en contra de mi propia conveniencia. Pero si eso era una cárcel de agobios y tensiones, yo quería cadena perpetua. No por ambición ni afán de poder -de sobra ha quedado demostrado que son los domadores de tigres de papel quienes prevalecen en España- sino porque, como explicaba Arthur Miller, «un periódico es una nación hablándose a sí misma» y ni uno solo de esos casi 12.000 días he dejado de sentir la preocupación por mi país, la adrenalina de los titulares y el cierre, el hormigueo de la información exclusiva, la pasión cívica por transmitir a los lectores cuanto se les oculta y les concierne. Lo he dicho siempre: el periodismo es una forma de vida que adquiere valor en sí misma. La forma de vida más digna y emocionante a la que cabe dedicar el tiempo de cada uno sobre esta tierra… seguir leyendo

en EL MUNDO

Acaba de asumir el cargo como director de EL MUNDO, sustituyendo a Pedro J. Ramírez. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, Casimiro García-Abadillo ha trabajado desde su fundación en el periódico, del que ha sido vicedirector durante los últimos 10 años. En su trayectoria ha sacado a la luz los casos Filesa, Ibercorp y Gescartera, las cuentas secretas del BBVA o los entresijos del 11-M. Tiene el objetivo de relanzar la difusión y consolidar su nuevo modelo digital.

4 de febrero de 2014: Respondió en directo CASIMIRO GARCÍA-ABADILLO, el nuevo direct0r del periódico.

1. Buenas tardes, ¿cómo recibe el reto de ser director de El Mundo?

Con una gran responsabilidad. Primero porque me toca sustituir al decano de los directores en España y a un grandísimo periodista como es Pedro J. En segundo lugar porque la situación financiera del periódico es muy complicada. Y, en tercer lugar, porque de mi va a depender el futuro de un equipo profesional magnífico que yo sé que voy a contar con todo su apoyo, como se demostró ayer en la redacción cuando les dije unas palabras. Pero también con una gran ilusión. Estoy seguro de que lo vamos a hacer muy bien y de que este periódico en no mucho tiempo va a ser líder indiscutible en España, como ya lo es en Internet.

2. ¿Cuáles serán sus líneas maestras como director?

La primera y fundamental es que nuestro periódico de noticias que otros no dan y vaya siempre por delante de sus competidores. La seña de identidad de EL MUNDO tiene que ser la del periódico que da las noticias. Y, en ese sentido, vamos a publicar toda la información contrastada afecte a quien afecte. En segundo lugar, quiero seguir potenciando toda el área digital del periódico, quiero que ahí sigamos siendo pioneros. Y, en tercer lugar, quiero que nuestro periódico esté situado como un gran periódico de centro liberal, que pueda leer tanto el votante moderado del PP como el votante moderado del PSOE y de otras formaciones… seguir leyendo

Diez apuntes (y una postdata) sobre el cese de Pedro J.

Actualizada 01/02/2014 a las 20:55

La destitución de Pedro J. Ramírez como director de El Mundo es una de las noticias más trascendentes de los últimos años en el ámbito periodístico, pero además tiene un calado político cuyas consecuencias exactas sólo podrán medirse con el paso del tiempo. Lo ya leído y escuchado estos días merece algunas consideraciones.

1.- Que el cese del fundador y director del segundo diario en papel de tirada nacional (y uno de los periodistas más influyentes de la democracia) fuera anticipado y analizado por medios digitales y en las redes sociales, no sólo antes sino más profundamente que por la prensa tradicional, lo dice todo acerca de la distancia entre los púlpitos periodísticos y la realidad de la comunicación con los ciudadanos.

2.- Argumentar que Pedro J. no habría sido destituido si El Mundo ganase mil euros al año en lugar de perder 400 millones es una obviedad. También lo es recordar que otros diarios mantienen pérdidas millonarias sin que les cueste la cabeza a sus respectivos directores. Habrá otras prioridades.

3.- Sostener como excusa de este cese que El Mundo ha perdido ingresos por más de 15 millones de euros en publicidad institucional desde que empezó a publicar informaciones sobre los papeles de Bárcenas es complicado conociendo a Pedro J. Si ése fuera el único problema, El Mundo habría iniciado una campaña por tierra, mar, aire, radios, televisiones y juzgados denunciando la discriminación y hasta sacando provecho de la misma.

4.- Creer que la irritación del Gobierno de Rajoy con los palos recibidos por el mismo director que lo ‘vendió’ durante la agonía de la etapa Zapatero como solución a la crisis económica y al paro no tiene nada que ver con la destitución de Pedro J. sería igualmente una ingenuidad.

5.- Que el propio Pedro J. Ramírez afirme ante la Redacción de El Mundo que su cese se debe a motivos políticos y a presiones del Gobierno tras la publicación del SMS de Rajoy a Bárcenas o a su línea editorial sobre el caso Urdangarin hace un flaco favor a su propio equipo. Genera una duda sobre la credibilidad e independencia del periódico. O se es martir de la libertad de expresión o se es cómplice de su atropello. Sorber y soplar a la vez no es posible. Si Pedro J. reivindica un legado de independencia, lo que tiene que hacer es irse, y no condicionar su salida definitiva a futuros incumplimientos en la línea editorial o en las decisiones empresariales. Por más de diez millones de euros entre pensión y finiquito debe de resultar sencillo ejercer de héroe o vigilante de las esencias… seguir leyendo

El caso Pedro J y las miserias de la profesión periodística

Jesús Cacho Actualizada 02/02/2014

Desde la ermita románica situada en la punta de La Lanzada, un precioso santuario gallego relacionado desde la Edad Media con la fecundidad, la playa del mismo nombre se extendía aquel 31 de julio como una explosión de luz capaz de honrar, en una tierra batida tantos días por el viento y la lluvia, un verano entero. Corría el año 2006, había empezado las vacaciones y mi felicidad, casi completa, quedó de pronto arruinada por una llamada de móvil procedente de Madrid. Enseguida reconocí la voz de Pedro J. Ramírez, y casi de inmediato supe -esa voz quebrada por una tosecilla nerviosa que las situaciones de estrés suelen provocar en él- que aquella no iba a ser una buena noticia. El director de El Mundo, del que me había despedido apenas 24 horas antes, me indicaba que había decidido hacer cambios en el periódico y que eso significaba que mi página de los domingos, la celebrada “Rueda de la Fortuna”, pasaba a mejor vida. No hubo disputa, porque entre las prerrogativas del director de un medio está la de elegir a sus colaboradores. Le di las gracias y añadí algo más: “Pedro, tengo que reconocer que me has soportado demasiado tiempo”.

Imposible echar cuenta de las broncas que, un sábado sí y otro también, generalmente al caer la tarde o en plena cena, cuando el número del domingo iba a entrar en máquina, me enfrentaron a Pedro J. a cuenta de las presiones de éste o aquél poderoso que negaba vehemente o pedía árnica. Un día era Botín, al otro Rato y al siguiente Aznar o su amigo Florentino. Alguna señora de buen ver llegó a decirme, tras una de esas peloteras de la que fue testigo, que “si tú me dijeras la mitad de las cosas que le has dicho a tu director, yo te ponía en la puta calle ahora mismo”. No hubo caso. Pedro J. era y es el mejor de los tres grandes directores de periódico de la Transición –Juan Luis Cebrián (El País) y Luis María Ansón (ABC)- con los que he trabajado. El más periodista. No volví a hablar con él hasta el 3 de marzo de 2011, día en que el Consejo de Titania, editora de El Confidencial, me apeó de la dirección del diario digital que yo había fundado en una maniobra digna de la categoría moral de sus promotores. Cariacontecido, llegué a mi casa a las 3 de la tarde, sin haber dicho a nadie esta boca es mía. Cuál no sería mi sorpresa cuando, 10 minutos después, volvió a sonar mi móvil y, como ocurriera años antes frente a La Lanzada, con Pedro J. al aparato. “Jesús, sé lo que acaba de ocurrirte y solo quiero decirte que aquí tienes El Mundo para lo que quieras. Entre tú y yo no ha pasado nada. Te espero el lunes para trabajar”.

Hay gestos imposibles de olvidar. Y episodios, como el de la salida esta semana del hasta ahora director de El Mundo, que hacen inevitable una somera recapitulación de la profesión periodística y de las libertades informativas. Como no podía ser de otra forma, el periodismo español está hoy como España, fané y descangallado, pidiendo a gritos cristiana sepultura víctima propiciatoria de sus muchos pecados no expiados. El periodismo y las empresas periodísticas, que en mimética identificación con la orgía de dinero fácil que caracterizó nuestro boom, acometieron operaciones que hoy resultan casi imposibles de imaginar. ¿Cómo explicar que Prisa, editora de El País, pudiera llegar a acumular una deuda de más de 5.000 millones, imposible de amortizar a todas luces con la capacidad de generación de caja del negocio? ¿Cómo entender que Unidad Editorial (El Mundo) pudiera pagar 1.100 millones por el grupo Recoletos –origen de las angustias que hoy atenazan a UE-, dinero con el que 20 años antes, quizá menos, don Jaime Castellanos, el guardián del secreto, hubiera podido hacerse con el control de los 7 grandes bancos españoles?… seguir leyendo

Pedro J. Ramírez desde la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. (UCM, 21 de enero de 2014)

«Hay vida después del papel.» Columna de Luis Oz sobre la conferencia de @pedroj_ramirez en @sahagunfelipehttp://mun.do/19VzT5k

Durante su intervención, Casimiro Gª- Abadillo niega que el hasta ahora director de ‘El Mundo’, Pedro J. Ramírez, se haya marchado por algún tipo de presión política. Es más, asegura que “de haber sido así, Pedro lo habría contado”. También confirma que el fundador del periódico seguirá ligado al grupo “al menos dos años más” y que continuará escribiendo un artículo político todos los domingos. Sobre el nuevo rumbo del rotativo, dice que “cambiará la gestión, porque he venido a ejercer,  pero no la línea de nuestro periódico siempre centrada en la información por encima de los intereses” e insiste en que “no nos guardaremos una noticia porque perjudique a alguien”.

Lecciones de maquiavelismo que aprendimos de Pedro J., por Luis Arroyo. @LuisArroyoMhttp://buff.ly/1eBTIu

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