
Decenas de personas ondean una bandera europea junto al lema iluminado Europa Resiste, promovido por el grupo Avaaz, a las puertas del Parlamento Europeo. JULIEN WARNAND EFE v @elmundoes
PABLO R. SUANZES
Actualizado
Europa, como concepto, como resumen de instituciones y representación, como conjunto de ideas abstractas pero legislaciones concretas, tiene pocas oportunidades de cantar victoria. Durante muchos años, con la crisis, se convirtió en algo tóxico, sinónimo de austeridad, de ortodoxia, de ajustes y rescates. Los gobiernos nacionales rehuían su contacto y le achacaban todos los males. Bruselas, chivo expiatorio de quienes nacionalizan los triunfos y externalizan los fracasos. La noche del domingo, sin embargo, esa Europa denostada y acosada por enemigos internos y externos, mandó un mensaje de tibia ambición, un aviso de cambio inminente, una reivindicación de valores y unas gotas de ilusión. «Europa está de vuelta y Europa es popular«, resumió pletórico el belga Guy Verhofstadt.