Periodistas italianos y mexicanos, mismos bolígrafos contra la mafia
ITALIA PERDIODISTAS (Crónica)
María Salas Oraá
Roma, 6 dic (EFE).- «Corresponsales de guerra en sus propias casas», así define el reportaje «Silencio» a los periodistas italianos y mexicanos informan sobre la mafia en sus países y afrontan amenazas que en ocasiones se convierten en asesinatos.
El informador del diario «La Repubblica» Attilio Bolzoni se trasladó a México para filmar un documento en el que denuncia que en los últimos 14 años son 80 los periodistas asesinados en el país y recoge el testimonio de diferentes periodistas italianos y mexicanos que se enfrentan a las mismas amenazas a causa de su trabajo.
Se trata de un verdadero espectáculo en el que la orquesta del Auditorio de la capital italiana acompaña al vídeo que se intercala con la aparición en escena de los propios protagonistas que cuentan en persona sus experiencias como informadores.
Con el título «Silencio» apela al «miedo y la impunidad» que imperan en la sociedad tras las desapariciones de informadores y que traspasa las fronteras nacionales para responsabilizar a toda la comunidad internacional, que no responde con la contundencia que debería.
En la presentación este fin de semana en Roma del reportaje estuvo como invitado de honor el presidente del Senado italiano y antiguo Procurador Estatal Antimafia, Pietro Grasso, quien ensalzó el trabajo de los periodistas que escriben sobre la mafia y que le han acompañado como magistrado.
Son unos profesionales que «contribuyen a mejorar el mundo cada día» y que demuestran la necesidad de «una información en libertad y democracia».
Unos informadores que, como explicó a Efe el secretario de la Asociación Stampa Romana -principal sindicato de periodistas de la región del Lazio-, Paolo Butturini, «ofrecen información a los ciudadanos poniendo en riesgo sus vidas».
Los protagonistas fueron los periodistas mexicanos Diego Osorno y Anabel Hernández, que en el reportaje explican cómo es su trabajo bajo amenazas y presiones, además de profundizar en el entramado que existe detrás de la mafia y que relacionan con una situación de corrupción generalizada.
Osorno, que muestra en el vídeo la problemática de Ciudad Mier (Tamaulipas), localizada cerca de la frontera entre Estados Unidos y México, contó a Efe que esta región «no ha tenido prensa ni siquiera nacional y mucho menos internacional», una carencia que ha contribuido, según él, al poder de los cárteles.
Denunció un «problema de violencia generalizada» en el que, según dijo, la desaparición de los 43 estudiantes de Guerrero es «solo la punta del iceberg».
Defendió que, «dentro de todo lo trágico», la presentación del vídeo, acompañado de una orquesta, «tiene un sentido bello» porque «hace visible no mi trabajo, sino la denuncia que se hace con él».
Apeló a la comunidad internacional para dar a la problemática la importancia que se merece, porque, aseguró, «hay una tragedia humanitaria y es una crisis que no solo debe importar a los mexicanos sino a la comunidad internacional».
En el mismo sentido, la también periodista mexicana Anabel Hernández, autora de varios libros sobre la mafia y galardonada con los premios de Periodismo de México (2001) y Unicef (2003), relató a Efe que «en México hay una violencia desmedida no solo con los periodistas sino generalizada» y que «el caso de los 43 estudiantes desaparecidos lo muestra muy claramente».
Hernández explicó que los métodos mafiosos, tanto en Italia como en México, «a final de cuentas son los mismos» y consisten en «atacar a la gente que dice la verdad, fundirse con los gobiernos para hacer este silencio» y que existe «no solo en México sino también en las áreas controladas en Italia por la mafia».
«Los muertos en México están ahí porque una comunidad internacional consume drogas ilegales mexicanas, transportadas, traficadas o creadas por los mexicanos», criticó, tras reclamar autocrítica de los propios periodistas, a los que acusó de ir a México «a hacer sus propios tours de la muerte para ver qué descabezado o torturado se encuentran en la calle, pero no ven la propia corrupción que tienen en sus países».
Aunque declaró que «en realidad nadie está interesado en combatir el narcotráfico porque deja muchas ganancias en todas partes», se mostró convencida en que el problema puede resolverse, un final para el que «la legalidad es la única solución». EFE
06-12-2014, 13:24:00