La COVID ha agravado la ya delicada situación regional: más de 38 millones de personas necesitan ayuda humanitaria urgente
Fabiola Barranco · 19/01/2021
El epicentro del hambre
El Sahel es la franja africana que se extiende entre el Sáhara y la sabana, atravesando de este a oeste el corazón del continente por diez países: Mauritania, Senegal, Gambia, Guinea, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad y Camerún. Pero también es ese lugar en la Tierra donde la amenaza terrorista, los conflictos, los movimientos migratorios o los estragos de la crisis climática —fuertes sequías o inundaciones— ponen en jaque la vida de los 150 millones de personas que lo habitan, de los cuales, más de 38 millones necesitan ayuda humanitaria urgente.
La delicada situación en esta región explica que los índices de desarrollo humano estén a la cola: más de la mitad de la población sigue viviendo por debajo del umbral de pobreza; los servicios básicos como la educación, la salud o el agua y el saneamiento, siguen siendo insuficientes; y la violencia ha afectado a más de 20 millones de personas. Es así como el Sahel se convierte en el epicentro del hambre.
Pero, quienes conocen esta región tan castigada, aseguran que también es un lugar en el que mirarse al espejo, porque, dicen, “la generosidad y resiliencia de sus gentes son el motor de cambio” para afrontar las terribles crisis que allá se concentran pero que, en este mundo global, se expanden y nos afectan a todos.