ETA ha tenido históricamente una extrema habilidad para medir sus palabras e incluso para imponer su terminología. Ahora que tanto preocupa que el relato de más de 40 años de terror que quede para la historia sea el que escriban los demócratas y no los terroristas, puede resultar útil mirar al pasado y comprobar como los medios de comunicación, los políticos y en último término la sociedad llegamos a utilizar un lenguaje que nos estaban imponiendo los terroristas y su entorno sin que nos diéramos cuenta.
Con la ayuda de Álex Grijelmo, periodista, escritor de varias obras sobre el uso del lenguaje y responsable de libros de estilo como los de la Cadena SER o el diario El País, desgranamos las trampas y la manipulación lingüística que nos impuso durante años la banda terrorista.
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