La ruptura frontal de las alianzas que ha impuesto la Administración Trump ha obligado casi de un día para otro a la Unión Europea a calibrar de otro modo su propio futuro no solo en defensa y seguridad sino en la totalidad de su proyecto de integración en marcha.
La siguiente conversación entre Josep Borrell y Arancha González Laya, moderada por Pepa Bueno, no rebaja la gravedad de este cambio histórico de la posición de Estados Unidos, pero carece de melancolía o pesimismo.
La fortaleza de la UE se ha probado siempre por la vía de los hechos, las grandes crisis y las decisiones comprometidas, sobre la base de un conjunto de intereses y creencias que han hecho de ella el mejor invento de paz civil y prosperidad civilizatoria de los últimos cien años.
Las contradicciones, sin embargo, son muy agudas, en particular con el doble rasero que casi todos, pero no todos, los miembros de la UE han aplicado a la guerra de Ucrania y al exterminio en marcha de Gaza.