Asumo que la edad condiciona la percepción de cualquier acontecimiento. Cuando este miércoles por la tarde leí la Carta a la Ciudadanía firmada por Pedro Sánchez (ver aquí), se me vino a la cabeza la imagen de Adolfo Suárez anunciando su dimisión aquel 29 de enero de 1981 (ver aquí). La siguiente pantalla en mi memoria la ocupa Tejero en el Congreso tres semanas después. Esa cadencia de sucesos es hoy completamente imposible. Tranquilidad, pero hasta cierto punto. Mi tesis, sin el menor aroma conspiranoico, consiste en que asistimos (en España y en otras democracias) a procesos golpistas de carácter civil, sin armas ni tricornios ni bigotes machirulos. Por otras vías que tienen que ver con un funcionamiento anómalo de la justicia, con un ecosistema mediático adulterado y con poderes económicos y empresariales que se resisten a aceptar las reglas básicas de la democracia.
Frente a la crispación (y el ‘golpismo suave’), datos y argumentos (Jesús Maraña, infoLibre)
26 abril, 2024 | 0 Comentarios