Relaciones Internacionales – Comunicación Internacional

Gervasio Sánchez, corresponsal de paz

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Conocí a Gervasio Sánchez en el Premio Cirilo Rodríguez hace unos veinte años. Desde entonces ha sido uno de los principales baluartes externos del Premio. Raro es el año que ha faltado a la cita anual y, junto a Ramón Lobo, se ha convertido en un apoyo muy importante de Aurelio, Alfredo y sus compañeros de la Asociación de la Prensa de Segovia, sin cuya dedicación jamás se habría podido mantener el premio más importante que se concede en España a corresponsales y enviados especiales durante tantos años.

http://blogs.heraldo.es/gervasiosanchez/

Presente y activo siempre en los medios nuevos y menos nuevos, impresos y audiovisuales, en todos los formatos, un perfil de Gervasio puede empezar en cualquier lugar de España y del mundo, en cualquiera de los numerosos premios recibidos o en los centenares o millares de entrevistas concedidas. Elijo como ejemplo, aunque no sea de las más recientes, la que le hizo Sergio José en tamtampress.es el 26 de junio de 2013.

Fotoperiodista convencido, Gervasio Sánchez no tiene ninguna duda sobre dónde están los problemas de la profesión. Señala a los dirigentes de los medios, a los que llama “tiburones”, pero también a los periodistas que no han querido o no han podido hacer una buena labor al margen de presiones e intereses.

—¿Cómo ve ahora mismo la profesión periodística?

—La verdad es que la situación no puede ser peor desde el punto de vista laboral, la cantidad de gente que se ha quedado sin trabajo, la FAPE habla de 10.000 periodistas desde 2007. Y la cantidad de gente que sale de las universidades. Se está produciendo un cuello de botella y tendrá que pasar mucho tiempo para que recuperemos la situación de la década pasada.

¿Hay solución para esos miles de parados con la carrera de Periodismo, tanto para los que trabajaron como para los que nunca han llegado a tener un empleo?

—Mucha gente joven tiene que plantearse o bien estudiar otra cosa, lo cual no es otra alternativa porque todo está mal, o bien irse fuera. Por ejemplo a los países de América Latina, que están mucho mejor, como Chile, Colombia, que han mejorado mucho en los últimos tiempos.

—También hay un cierto desánimo porque no hay expectativas de trabajo.

—Hay falta de expectativa. Por ejemplo, cuando yo acabé la carrera en 1984, hace 30 años, había tres facultades de Periodismo, en Madrid, Barcelona y Pamplona. Ahora hay muchas más. Algo ha pasado para que haya tantas, a veces dos o tres en cada ciudad. Eso no es lógico. Se han creado expectativas totalmente falsas. Estudia Periodismo y Comunicación y aseguras trabajo, pero no era real. En 2003 o 2004 ya se veía que no era real.

¿Falta iniciativa?

—Es evidente. Llevo 30 años trabajando en este oficio como freelance. Nunca he tenido un puesto fijo. Esta especialidad en periodismo es dura, complicada e incluso peligrosa. Cuando voy a Afganistán o a Irak no me encuentro allí a decenas de periodistas o fotógrafos jóvenes haciéndome la competencia. En los conflictos muchos fotógrafos que trabajan fuera han sido maltratados en nuestro país. No hay iniciativa. Miden las consecuencias, los pasos, ven que es duro y complicado. Es algo generacional. No sólo en el periodismo. Los jóvenes de entre 15 y 35 años han vivido con una seguridad económica y laboral que no han tenido las generaciones anteriores. Esto hace que sean más pasivos…seguir leyendo

Al recibir el Premio Ortega y Gasset, en 2009, Gervasio resumió con la crudeza o sinceridad que siempre le ha distinguido dos de sus ideas u obsesiones vitales: la oposición a la guerra y la crítica firme y permanente de la ventas de armas a países o grupos en conflicto. El blog La Broma se hacía eco del acto el 10 de enero de 2009.

Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que, como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.

Sí, son mis cuatro hijos adoptivos, a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad. Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.

Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.

Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.

Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.

En la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas, al tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra. Hoy España fabrica cuatro tipos distintos de bombas de racimo, cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero, como Martin Luther King, me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra y, como él, también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.

Muchas gracias.

Versión completa del discurso.

El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona ha acogido las principales exposiciones de Gervasio y, en su blog, recoge una breve reseña biográfica del periodista y algunos de sus principales trabajos, comentados por el propio autor.

En 1984 inicia su trayectoria de fotoperiodista independiente especializado en conflictos armados. Colaborador del Heraldo de Aragón, La Vanguardia y Cadena Ser, lleva algo más de 25 años cubriendo numerosos conflictos bélicos, especialmente en Latinoamérica, África y los Balcanes. Es autor de varios libros fotográficos: El Cerco de Sarajevo (1995), y los publicados por la editorial Blume, Vidas Minadas (1997 y 2002); Kosovo, Crónica de la deportación (1999); Niños de la guerra (2000); La caravana de la muerte. Las víctimas de Pinochet (2002); Latidos del tiempo (2004), junto al escultor Ricardo Calero; Sierra Leona, guerra y paz (2005); Vidas Minadas, Diez años (2007); y Sarajevo, 1992-2008 (2009). En 2001 coordinó, junto a Manuel Leguineche, el libro Los ojos de la guerra, en homenaje a Miguel Gil; y en 2004 publicó el libro literario Salvar a los niños soldados. Desde 1998 es enviado especial por la paz de la UNESCO y desde 2001 dirige el Seminario de Fotografía y Periodismo de Albarracín.

Las instituciones aragonesas le han concedido la Medalla de Oro de Santa Isabel de Portugal y la Medalla al Mérito Profesional, además de nombrarle hijo adoptivo de Zaragoza. Ha sido galardonado con numerosos premios, entre los que destacan el Cirilo Rodríguez, Club Internacional de Prensa, Andalucía de Cultura, Derechos Humanos de Periodismo, Liber Press, Javier Bueno, Ortega y Gasset, el Premio Nacional de Fotografía 2009 y el Jaime Brunet 2015, entre otros.

Visitamos la muestra Desaparecidos acompañados por el fotoperiodista Gervasio Sánchez, autor de las fotografías expuestas en el CCCB, la Casa Encendida y el MUSAC de León. Desaparecidos es una muestra documental sobre la desaparición forzosa en diez países de América Latina, Asia y Europa. Gervasio Sánchez nos muestra el itinerario temático de la exposición: desde los centros de detención de desaparecidos, pasando por los objetos de recuerdo, las bodegas o lugares de almacenaje de huesos y los procesos de identificación hasta llegar a las dolorosas inhumaciones. (Subido el 20/04/2011)

Son numerosos los blogs o bitácoras sobre Gervasio, muchos de ellos de calidad. Un ejemplo entre muchos: el de Nabuel Vázquez Muñoz.

Sobre Gervasio Sánchez

Buen artículo describiéndonos sus vivencias y el trabajo en compañía de Gervasio Sánchez… : del blog de  Alfonso Armada (http://www.fronterad.com/?q=node%2F4976)

Los ojos del otro son como los nuestros

Él lo recuerda mejor que yo y no solo porque aquel día, como todos los 29 de agosto desde hace 52 años, fuera su cumpleaños, sino porque una de las grandes cualidades de Gervasio Sánchez es su prodigiosa memoria.

Pero aquel 29 de agosto de 1992 nos conocimos en Sarajevo (¿dentro de poco hará veinte años?), cercado por los radicales serbios, y no solo trabamos una amistad que ha perdurado, sino que casi de modo natural, y no solo porque yo no supiera conducir (todavía no me he sacado el carné), empezamos a trabajar juntos.

Para mí era el primer contacto con la muerte y con la guerra. Él ya la había sentido cerca en El Salvador, Nicaragua y Guatemala, y mucho más cerca en Croacia. Hubo otros dos viajes a Sarajevo, además de muchos otras por carreteras desgarradas de Bosnia-Herzegovina a los que yo no he podido o no he sabido volver, pese a que los recuerdos han dejado huellas que no quiero ni puedo borrar: Tuzla, Zenica, Mostar, Jablanica, Vitez… (donde nos robaron el coche a punta de fusil, donde conocimos al mismo Gilles Peress que luego haría una cobertura tan extraordinaria como controvertida del genocidio ruandés).

Recuerdo la redacción de Oslobodenje, el diario de la capital bosnia (“porque un periódico es tan importante como el pan”); a Edo, el guardián de las cenizas, a quien encontramos jugando en las ruinas de la biblioteca nacional de Sarajevo; a Gabriela, en cuya casa no lejos del río Miljacka y del frente pernoctamos varias veces, y que había padecido las dos guerras mundiales, pero ninguna tan atroz como la guerra civil; la entrevista con Susan Sontag (con quien compartíamos mesa en el hotel Holiday Inn), que había ido a la ciudad sitiada a dirigir Esperando a Godot; o los actores del Teatro de Guerra de Sarajevo, que habían decidido que era más importante para mantener el espíritu de la ciudad seguir haciendo teatro que combatir en el frente…

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Exposición «Antología» de Gervasio Sánchez @gervasanchez , comentada por él. Muy recomendable. http://youtu.be/TiQd7QT-EE8 

Gervasio Sánchez

El fotógrafo Gervasio Sánchez, testigo de la guerra

  • No se cansa de repetir: «La gran tragedia de la humanidad es la guerra»
  • Los protagonistas de sus fotografías son las víctimas de los conflictos bélicos
  • Uno de los fotoperiodistas más inconformistas y contestatarios del periodismo
  • Imprescindibles, el viernes, 25 de abril, a las 21h, en La 2 de TVE

Escoger una historia entre todos los relatos humanos de Gervasio era para nosotros una tarea difícil. Escoger una historia que nos permitiera contar la suya solo podía hacerse de una manera, que fuera de su elección. Gervasio siempre piensa en Bosnia y en Adis Smajic. El documental de Imprescindibles sobre el fotoperiodista Gervasio Sánchez viaja a Sarajevo para seguir documentando con él los pasos en la vida de Adis Smajic, herido por una mina anti persona cuando solo tenía trece años. Ahora tiene treinta y dos, y la vida le sorprende con un gran cambio. Por ese motivo Gervasio quiere estar a su lado.

Aprender de los maestros

Curtido en las guerras latinoamericanas de los años ochenta, tuvo la suerte de coincidir, sobre el terreno, con los grandes tótemes del periodismo. De ellos aprendió qué contar y cómo mirar.

Convivir durante tres años con la población civil del cerco de Sarajevo en la cobertura de los Balcanes le cambia la forma de abordar el periodismo. Decide contar historias y elaborar un trabajo fotográfico documental, pausado y reflexivo, que le permita volver a los lugares destruidos por la guerra para mostrar al mundo las consecuencias del conflicto.

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Correo de Gervasio a sus amigos (28 de abril de 2014)

Aquí tenéis el documental de una hora que se emitió el viernes, 25 de abril de 2014, en la serie Imprescindibles de TVE:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/imprescindibles/

También os dejo la masterclass de cinco minutos que hice en el programa de Alaska y Coronas:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/alaska-y-coronas/haz-amor-guerra-gervasio-sanchez/2527553/

Por último, os dejo también el programa radiofónico de 35 minutos El oficio de contar  (A vivir que son dos días, Cadena Ser), en el que los tres periodistas españoles liberados en Siria reflexionan sobre la importancia del periodismo en tiempos inciertos para nuestra profesión.

http://www.cadenaser.com/sociedad/audios/guerra-dentro-javier-espinosa-ricardo-garcia-vilanova-marc-marginedas/csrcsrpor/20140427csrcsrsoc_6/Aes/

Espero que os guste.

Correo de Gervasio Sanchez Fernandez gsanchez@heraldo.es

Queridas amigas y queridos amigos: Vidas Enterradas se  emitió el domingo, 12 de noviembre,  en A vivir que son días, dirigido por Javier del Pino, en la Cadena Ser. La idea es hacer uno cada mes.

Reportaje realizado por Conchi Cejudo:

http://cadenaser.com/programa/2017/11/12/a_vivir_que_son_dos_dias/1510473683_201137.html

Diálogo en el que participé:

http://cadenaser.com/programa/2017/11/12/a_vivir_que_son_dos_dias/1510470504_992663.html

Fotografías que hice en la fosa de la Puebla de Cazalla en 2009

http://cadenaser.com/programa/2017/11/10/album/1510311359_316876.html#1510311359_316876_1510313716

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