Relaciones Internacionales – Comunicación Internacional

Memorias del 11-M

| 0 Comentarios

 

Peter Taylor, rsponsable de la serie The new Al Qaeda para la BBC

Cuatro años después del 11-S, un año después del 11-M, Peter Taylor concluía para la BBC una serie de tres documentales sobre la nueva AQ: The New Al-Qaeda.

El capítulo 2, dedicado a los atentados en Madrid, se presentaba así:

The second part of Peter Taylor’s three part series investigates the bomb attacks on Madrid last year and what they reveal about the new al-Qaeda which has evolved since 9/11 and the US-led military action in Afghanistan. A new breed of Islamic extremist which blends into Western culture is portrayed in the programme entitled the Drug Dealer, the Estate Agent and the Telephone Man.

The Madrid train bombings of 11 March last year killed 191 people – one of the most devastating terrorist attacks ever carried out in Europe.

It was the bloody calling card of the new al-Qaeda, a loose network of jihadi groups, locally recruited and acting independently of Osama Bin Laden.

A British Intelligence source points out: «The point is not that Madrid was al-Qaeda as we know it, but that it wasn’t.» (read more)

Q & A with Peter Taylor: Watch analysis of the attacks in Madrid, London….

 

En España, el noveno aniversario volvió a poner en evidencia la profunda división que sigue existiendo sobre lo sucedido el 11 de marzo de 2004. Pol Pareja abria así en El País su resumen del día, titulado La división entre las víctimas vuelve a marcar los actos del 11-M:

La profunda división entre las víctimas del mayor atentado terrorista de la democracia española se vio este lunes reflejada en los distintos actos celebrados en Madrid. Se cumplen ya nueve años desde aquel 11 de marzo de 2004. Nueve años desde que 191 ciudadanos fueron asesinados y más de 2.500 se vieron afectados por las bombas que explotaron en cuatro trenes en plena hora punta de la mañana en la capital española, un atentado por el que fueron condenadas 21 personas, la mayoría de ellos islamistas. Las heridas, sin embargo, están muy lejos de cerrarse.

La primera ceremonia fue a las ocho y media de la mañana. El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y la alcaldesa de la ciudad, Ana Botella, depositaron una corona de laurel en la Puerta del Sol, ante la placa que recuerda a las víctimas. Mientras, se escuchaba el Réquiem de Mozart. Un acto institucional sencillo y solemne, de apenas cinco minutos, en el que los ministros de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y de Educación, José Ignacio Wert, acompañaron a las autoridades madrileñas. La ceremonia, en la que también estuvo Esperanza Aguirre y otros miembros de la oposición, fue seguida en la plaza por apenas unas decenas de personas que caminaban por allí a primera hora de una fría mañana.

Poco después, cerca de las nueve, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se refirió al tema en un desayuno informativo. (seguir leyendo)

En uno de sus editoriales breves del día 12, El Mundo incidía en la división:

La conmemoración del noveno aniversario del 11-M serivió para escenificar la división que todavía suscita el mayor atentado de la Historia en nuestro país. En la capital hubo ayer cuatro actos de homenaje a las víctimas, además de los realizados en Alcalá, Parla y otras localidades. El Gobierno no tuvo presencia institucional en ninguno de ellos e igual de llamativa fue la falta de asistencia de dirigentes nacionales del PSOE a los actos…. Lo lógico y lo coherente sería un acto institucional que sumara al Gobierno, a la oposición y a todas las víctimas.

En el mismo diario, Lucía Méndez insistía en lo mismo:

La reacción de la clase política aquel 11-M fue un auténtico asco y así sigue siendo nueve años después. Las dos Españas se echaron la culpa del atentado una a la otra. Han pasado muchas cosas en los últimos nueve años. El PP ha regresado al Gobierno, somos más pobres que entonces y ya no creemos en casi nada. Lo que no ha cambiado es que cada 11-M unos partidos acompañan a unas víctimas y otros partidos acompaña a otras víctimas. Como si hubiera dos tipos de género humano…

Jaime Ignacio del Burgo, en el espacio Tribuna, donde se recoge el artículo principal de opinión de cada día en El Mundo, ofrecía algunas de las causas de esas division: la insistencia de muchos en dar por cerrado el caso y la de otros en aclarar los muchos interrogantes y contradicciones que ensombrecen lo ocurrido:

EL MUNDO es el único periódico español que no ha tirado la toalla en el intento de llegar hasta sus últimas consecuencias en la investigación del 11-M. He seguido con atención sus últimas revelaciones. Por de pronto ya no se puede afirmar que el explosivo utilizado en la criminal masacre fuera Goma 2 Eco, como afirma la sentencia de la Audiencia Nacional. Y esto hace tambalear todo el armazón de la «verdad» oficial.

La referida sentencia comienza atribuyendo la autoría de los atentados –eso sí, sin justificar por qué lo hace– a los miembros de una célula de musulmanes islamistas espontáneamente organizada para sumarse a la Yihad y castigar a los españoles por su intervención en Afganistán e Irak. Siete de ellos saltaron por los aires en un piso de Leganés el 3 de abril de 2004.

El octavo, Jamal Zougam, está vivo y cumple una condena de 35.000 años de cárcel como autor material de los atentados. Dos testigos declararon haberle visto en los trenes. De las revelaciones de EL MUNDO se desprende que podrían haber incurrido en falso testimonio y la Justicia está sobre el asunto. Por otra parte, siempre me pareció extraño que Zougam fuera visto en los trenes y nadie testificara en cambio haberse topado con algún otro miembro de la célula islamista.

Pero hay otro aspecto inquietante del 11-M que parece haber quedado definitivamente enterrado. Resulta que todos cuantos tuvieron algo que ver en el atentado, según la versión oficial, o eran confidentes de los cuerpos de Seguridad o estaban estrechamente vigilados. Y eso plantea la cuestión de saber qué es lo que falló en el funcionamiento de los servicios del Estado para que los terroristas pudieran conseguir su criminal objetivo. No se trata de poner en cuestión el papel de la judicatura, de la Fiscalía, del CNI, de la Guardia Civil o de la Policía. Pero sí la actuación de algunos de sus miembros.

Federico Jiménez Losantos ha sido uno de los principales críticos de la versión oficial de los hechos. El 11 de marzo de 2013, en una conferencia en el Club Siglo XXI, reiteraba su absoluto desacuerdo con el carpetazo dado al atentado más grave en la historia contemporánea de España y de Europa. Ángeles Escribá resumía así su intervención sobre el 11-M:

…tal día como ayer, la vista estaba intensamente centrada en lo que ocurrió el 11 de marzo de 2004, el día en el que, a juicio del periodista, un atentado cambió la Historia de España y cuya única certeza entre tanto «embeleco» y «farsa» es, a su parecer, la muerte de casi 200 personas. Jiménez Losantos insistió en la tesis por la que sostiene que nadie sabe qué ocurrió realmente en aquella jornada, aunque él tenga claro que tras la masacre estuvieron «los servicios de inteligencia españoles .

«Todo lo que se sabe es falso y ha sido inventado por las cloacas del Estado, desde la Policía hasta los servicios secretos», que gestaron «la manipulación pública más grande de Europa Occidental» y decidieron «el destino de un país». A partir de ahí denunció la instrucción «oprobiosa» realizada por el juez Gómez Bermúdez, la «superchería» fabricada por jueces y fiscales, y la falta de interés demostrada en general por saber lo que ocurrió. Una falta de interés que atribuyó también a la dirigente del PP María Dolores de Cospedal, entonces en el Ministerio del Interior, y al «barrendero», Jorge Fernández Díaz. Para el periodista, en aquellos días está el origen de los males de hoy.

Blog con numerosas fuentes (aunque muchas ya inaccesibles) sobre los atentados de Madrid

Deja una respuesta

Campos requeridos marcados con *.


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.