Relaciones Internacionales – Comunicación Internacional

Rajoy en Nueva York (25-26 de sep. de 2013)

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Intervención del presidente ante la Asamblea General de la ONU

Asamblea General de la ONU, Nueva York (EE.UU), jueves, 26 de septiembre de 2013

Entrevista de Mariano Rajoy a Bloomberg Televisión

Nueva York, miércoles, 25 de septiembre de 2013

Discurso del presidente del Gobierno en el Council on Foreign Relations

Nueva York, jueves, 26 de septiembre de 2013

eñoras y señores,

Muchas gracias por su atención y su invitación.

Si yo hubiera venido el año pasado a hablarles de cómo España ve el mundo, habría pasado la mayor parte del tiempo respondiendo a preguntas sobre la forma en que el mundo veía a España por entonces.

Muchos recordarán que los periódicos anunciaban nuestra salida del euro y la quiebra nacional. Yo dije entonces que España seguiría en el euro, que no repudiaría ni una sola de sus deudas y que volvería el crecimiento a través de un proyecto seriamente reformista. Fue un momento de dudas sobre España y dudas sobre el proyecto europeo. La propia revista de este Consejo se preguntaba si estaba «Europa Kaput».

Pues bien, un año después el proyecto europeo sigue firme y puedo anunciar que en España hemos alcanzado dos de esos tres objetivos, y que el tercero, el crecimiento económico, no se hará esperar. Las reformas laboral y financiera sentaron las bases; los datos del sector exterior son contundentes; las exportaciones crecieron un 8 por 100 en la primera mitad del año, un registro nunca antes alcanzado y el déficit comercial ha desaparecido. Esto, unido a una extraordinaria balanza de servicios, ha permitido que España pase de un 11 por 100 del déficit exterior a un superávit del 2,5 por 100 previsto para este año 2013. Por ello, estamos ya reduciendo nuestro endeudamiento externo. Es más, nuestra prima de riesgo ha caído en picado: en apenas un año, de casi 640 puntos básicos, a 250.

Pocos países pueden presentar estas credenciales. No ha sido fácil, pero las reformas empiezan a dar sus frutos. Sin ir más lejos, uno de los principales bancos de inversión norteamericanos la semana pasada recomendó comprar deuda española en un informe que tituló «Viva España».

No obstante esto, la agenda reformista no está ni mucho menos agotada. El problema del desempleo sigue siendo grave, el peso de las Administraciones sigue siendo excesivo, y por ello estamos acometiendo un proceso de racionalización del tamaño del Estado ambicioso e inédito en mi país. Las reformas han generado una relación causa-efecto en la confianza en mi país y, por ello, vamos a seguir trabajando en la misma línea y manteniendo el mismo rumbo, sabiendo que los beneficios de las reformas no se logran sin esfuerzos.

Mi voluntad política es clara y la estabilidad política de mi Gobierno, que goza de mayoría en ambas Cámaras parlamentarias, es la garantía de que España va a completar un ambicioso Plan de Reformas para alinear el país en la senda de la inversión, el crecimiento y la creación de empleo.

Señoras y señores,

Como defiende el presidente de esta Institución, la política exterior empieza en casa. Nosotros hemos puesto nuestra casa en orden, hemos hecho los deberes y vamos a seguir, como les he dicho, en esta senda.

En la Cumbre del G-20 en México, el año pasado, España era parte del problema; en la reciente Cumbre del G-20, en San Petersburgo, España ha demostrado ser un país con capacidad y compromiso para afrontar los retos globales y aportar soluciones a los problemas comunes. Y de esto quiero hablarles hoy.

España, como Estados Unidos, concibe su política exterior como la defensa de la universalidad de unos valores firmemente compartidos: el individuo, la paz, la libertad, la democracia, la justicia, el Estado de Derecho y los derechos humanos. Esos principios rigen y guían nuestra política dentro y fuera de nuestro país, porque España no se limita a contemplar la realidad mundial, sino que está comprometida en su transformación.

Señoras y señores,

La crisis siria está mostrando de manera descarnada los límites de un sistema internacional creado hace más de sesenta años en un mundo dividido en dos bloques antagónicos y en el que muchos Estados ni siquiera habían accedido aún a la independencia. Mi país suscribió en San Petersburgo una Declaración comprometida con la solución política, en el marco de Ginebra, reconociendo la necesidad de que el uso de armas químicas contra la población civil no podía quedar impune. Se trata de un imperativo moral con el que mi país está firmemente comprometido.

La diplomacia y la presión de la Comunidad Internacional, con los Estados Unidos a la cabeza, están alumbrando, por fin, cierta esperanza para acabar con un conflicto que ha costado demasiado tiempo y demasiadas vidas.

Señoras y señores,

Lo que estamos viendo ha demostrado de nuevo la necesidad de hacer de Naciones Unidas una herramienta resolutiva y eficaz. Las Naciones Unidas representan la legalidad internacional y España defiende su reforma urgente para adaptarlas a la sociedad internacional actual. No existe alternativa. En el siglo XXI ningún país puede hacer frente en solitario a los problemas globales. El multilateralismo no es hoy una elección; es una opción ineludible.

Por ello debemos hacer de la Organización una herramienta resolutiva y eficiente. Ni a España ni al resto de la Comunidad Internacional nos interesa una reforma que responda al deseo de unos pocos de incrementar sus cuotas de poder. Lejos de resolver la parálisis, la profundizará.

Quiero decirles también que España opta con decisión y ambición a ser miembro no permanente del Consejo de Seguridad durante el periodo 2015-2016 con la pretensión de contribuir a resolver los grandes desafíos y para defender la paz y la seguridad internacionales.

En otro orden de cosas, quiero decirles que el mundo camina irremisiblemente hacia procesos de concertación regional, hacia más integración e interdependencia. La unión, y no la disgregación, es el signo de los tiempos y la Unión Europea es, con diferencia, la mejor prueba de ello.

El esfuerzo integrador debe dejar de ser retórico y pasar a ser práctico. El impulso reformista en la Unión Europea exige, por imperativo histórico, una aceleración evidente. Pero el salto cualitativo que estamos dando ahora en nuestra integración económica y financiera deberá ser acompañado de otro en la integración política.

La mayor integración de nuestras políticas económicas y fiscales debe ir necesariamente unida al reforzamiento de la legitimidad democrática de nuestras instituciones y al aumento de los cauces de participación ciudadana en la vida política europea; es decir, a una mayor unión política.

El año entrante, el 2014, es año electoral en Europa. En el nuevo Parlamento Europeo españoles y europeos deberemos dar la batalla por la integración y las reformas frente el empuje de los nacionalismos exacerbados, los populismos de nuevo cuño y los proyectos netamente antieuropeos que la crisis también ha contribuido a alimentar. La integración tiene sus detractores, que afloran con más fuerza cuando la situación es crítica y el progreso material es escaso.

Los responsables políticos europeos debemos ser eso, responsables, y también debemos ser creativos en la defensa de la integración. Y a este objetivo integrador pueden servir una lista electoral única y un candidato claro por partido político por primera vez en las elecciones europeas de 2014. Es importante que el reformismo y la integración se apuntalen sobre una base democrática sólida, que dé legitimidad a las reformas pendientes de la Unión Europea: las económicas, y también las políticas.

Reformas e integración son también importantes porque, como he dicho antes, Europa necesita hablar con una sola voz para tener peso, para tener influencia en la gestión y resolución de los retos globales a los que nos enfrentamos en el mundo del siglo XXI. De nuevo, la unión frente a la disgregación. Una sola voz es mucho más influyente y pesa más que la mera superposición de muchas voces discordantes. Lo acabamos de ver en la crisis siria.

Finalmente, aunque no sin dificultades que han puesto en evidencia las carencias de nuestra integración política, hemos conseguido preservar una posición común europea que constituye, asimismo, un logro para la defensa del vínculo transatlántico que España defiende y promueve. La Unión Europea, en suma, debe acelerar su integración

Señoras y señores,

Por experiencia propia sabemos que el bienestar de nuestros ciudadanos se incrementa cuanto más nos integramos en Europa y cuanto más nos abrimos al exterior. Por ello somos firmes defensores de los acuerdos de asociación y comercio, especialmente con Estados Unidos. El libre comercio transatlántico tendrá efectos multiplicadores en el crecimiento económico mundial y esta iniciativa, que tiene capacidad transformadora en la realidad global, ha sido impulsada y lo seguirá siendo por el Gobierno de España durante el largo proceso que ahora iniciamos y esta iniciativa, que tiene capacidad transformadora en la realidad global, ha sido impulsada y lo seguirá siendo por el Gobierno de España durante el largo proceso que ahora iniciamos.

Señoras y señores,

Los retos a los que nos enfrentamos van más allá de la modernización de Naciones Unidas, de los procesos de integración regional o de los acuerdos de asociación y comercio.

El terrorismo, los Estados fallidos, la proliferación de armas de destrucción masiva, las ciberamenazas o el crimen organizado ponen en riesgo la vida y la seguridad de nuestros ciudadanos. Estas amenazas definen un escenario incierto en el que la crisis económica, el cambio de prioridades geopolíticas y el fin de las grandes intervenciones militares imponen una reorientación en el modelo estratégico.

Las energías y sus nuevas formas de generación y distribución también están provocando cambios geopolíticos que ahora sólo podemos adivinar; pero que, sin duda, van a modificar la relación entre los distintos actores internacionales. Nuestros modelos productivos se transforman, pero la energía sigue siendo el combustible para el crecimiento.

Esta reflexión acerca del presente y del futuro que nos aguarda ha inspirado la nueva Estrategia de Seguridad Nacional, documento recientemente aprobado por el Gobierno de España con el máximo consenso entre las principales fuerzas políticas de mi país.

En este escenario España es un aliado fiable en la OTAN, sobre la que descansa nuestra seguridad colectiva. La Alianza, mediante sus nuevos cometidos, se está convirtiendo progresivamente en un actor global.

España aporta a la Organización y a sus socios y aliados, además de la lealtad y la certidumbre política, un compromiso firme como se constató recientemente en la operación de Libia del año 2011 y otras del pasado. Además, España ha demostrado su voluntad para integrar a aquellos países que, compartiendo nuestros mismos valores, quieren incorporarse a los nuevos modelos de asociación de la OTAN en su apuesta por la seguridad cooperativa. Además, España aporta, sobre todo, una posición geoestratégica privilegiada que le permite contribuir a la Defensa Antimisiles de la OTAN, acogiendo cuatro destructores norteamericanos en la Base española de Rota. Y, además, Estados Unidos cuenta también con España para el despliegue rápido de sus unidades desde nuestra Base de Morón. Su labor se dirigirá a evitar que se repitan hechos tan abyectos como el asesinato del embajador Chris Stevens en Bengasi.

Señoras y señores,

Esta posición geoestratégica que tiene España nos sitúa de manera destacada en un escenario mediterráneo, políticamente renovado y geográficamente ampliado, que incluye hoy el Sahel y Oriente Medio. Durante la Guerra Fría España era periférica, ahora estamos en la vanguardia.

Señoras y señores,

La «Primavera Árabe» no hubiera sido ni tan amplia ni tan inmediata si no hubiera existido una juventud educada, conectada a la Red y con una gran capacidad de movilización. La universalidad y la inmediatez de la información que aportan las nuevas tecnologías están transformando la naturaleza del poder. El ciudadano ha demostrado que hoy quiere ser protagonista de su propia historia y que ya nada le es ajeno, porque casi todo está al alcance del conocimiento.

En este camino la Comunidad Internacional no puede permitirse el lujo de defraudarlos. La frustración no puede reemplazar la esperanza del cambio. A todos nos va mucho en ello.

El mundo árabe ha cambiado profundamente y lo va a seguir haciendo. El statu quo del pasado no se puede perpetuar indefinidamente. Los conflictos de ayer han de encontrar en los dirigentes de hoy a líderes que sepan estar a la altura del momento histórico que vivimos.

Llegados a este punto, quisiera hacer una breve referencia al Proceso de Paz en Oriente Medio. Hoy el Proceso de Paz en Oriente Medio, que tuvo su punto de partida en la Conferencia de Madrid de 1991, cobra una nueva perspectiva para superar un estancamiento inasumible. Las negociaciones abiertas representan una oportunidad, acaso la última, de alcanzar una solución justa, global y duradera de dos Estados, Israel y Palestina, conviviendo en paz, seguridad y prosperidad. España trabajará por ese objetivo, consciente de los efectos positivos que tendrá para toda la región en este momento tan crucial de su historia.

Durante décadas nuestra política hacia esta zona tuvo como eje principal, y casi exclusivo, la seguridad. No podemos ocultarlo y, por eso, tiene lógica nuestra preocupación por la existencia de grupos extremistas, afines a Al Qaeda, que intentan aprovechar la fragilidad de los nuevos Gobiernos.

Pero nuestro enfoque debe abrirse y el futuro ha de construirse sobre tres pilares: seguridad, sí; pero también democracia y desarrollo. Los tres son esenciales si queremos asegurar la paz y el progreso económico porque, sin ellos, esta paz y este progreso serán frágiles, y todo el edificio se desmoronará, más tarde o más pronto, como hemos podido comprobar en varias ocasiones en estos últimos dos años.

Ejemplo claro de lo anterior ha sido la reciente crisis de Mali, que ha demostrado la fragilidad del Estado cuando falla uno o varios de esos pilares. En el Sahel hemos visto hasta qué punto el terrorismo de inspiración yihadista amenaza esta frontera ampliada del espacio mediterráneo. España, que está a ochocientos kilómetros de la zona, ha realizado un gran esfuerzo para evitar que Mali se convierta en santuario de grupos terroristas y, a día de hoy, es el segundo contribuyente en la operación de entrenamiento de la Unión Europea que intenta dotar al país de un sistema de seguridad sostenible.

Hace ahora un año algunos líderes nos reuníamos aquí, en Nueva York, para abordar un desafío inminente: el triunfo de los grupos terroristas a la hora de hacerse con el control de un Estado africano e imponiendo un régimen de terror y de conculcación permanente de los derechos fundamentales de la persona; es decir, un Estado fallido que podía convertirse en una nueva amenaza para la paz y la seguridad internacionales. Hoy, tras un esfuerzo conjunto, ese peligro inminente se ha neutralizado.

Por lo tanto, lo que quiero decirles es que, junto a esa seguridad física, necesitamos instituciones abiertas y democráticas. Las recientes elecciones presidenciales en ese país son el primero y más importante paso en el camino.

España seguirá, por último, contribuyendo al desarrollo económico de Mali y de la región del Sahel, como mejor forma de afianzar su estabilidad a largo plazo.

Señoras y señores,

Como país mediterráneo, mantenemos unas relaciones privilegiadas con los países de la región, que aprovecharemos para trabajar en favor de un espacio más integrado y de más oportunidades. Ello beneficiará, no sólo a los ciudadanos del Magreb, a todos, desde el Magreb hasta el Golfo Arábigo, sino también al resto de la Comunidad Internacional.

Quiero decirles también que más al sur, en África Subsahariana, también soplan vientos de cambio. Durante décadas nuestra política africana se centró en la provisión de ayuda para luchar contra la pobreza y la inmigración ilegal. España vive con África estos dramas humanos de los que somos testigos directos en nuestras costas, pero esta realidad nos ha demostrado que aquella política era insuficiente.

África sólo desarrollará todo su potencial con el fortalecimiento de instituciones abiertas e inclusivas. Sólo creando espacios de seguridad física, jurídica e institucional podrán las empresas, africanas y extranjeras, invertir y crear riqueza. La mejor ayuda al desarrollo es una mayor renta per cápita.

África es tierra de oportunidades. Su crecimiento reciente es el más alto del planeta. Sólo en 2012, el año pasado, nuestras exportaciones, las nuestras, al continente aumentaron un 30 por 100. Dentro de unos años muchos descubrirán la realidad de los «leones africanos» y se desatará la carrera por invertir en la nueva frontera. Cogerá a muchos por sorpresa. A España, no.

Señoras y señores,

He hablado antes de la relación entre seguridad, democracia y desarrollo.

Volviendo la vista a Asia, yo creo que el principal interés de la Comunidad Internacional en esta región es acomodar el ascenso pacífico de China en un nuevo orden estable y aceptado por todos; en particular, por los vecinos del nuevo gigante. Ése es también el mayor interés de China. Su estabilidad reposa, tanto en su entorno, como en la progresiva apertura de su propia sociedad.

Por otra parte, la pujanza económica de Asia ha cambiado, además, la geopolítica de América Latina, que se encuentra hoy estratégicamente situada entre la locomotora asiática, el gigante norteamericano y la potencia comercial europea. Estoy convencido de que, si articulamos de forma eficaz ese triángulo, daremos un salto cualitativo en términos de crecimiento, prosperidad y estabilidad. España es puente entre la Unión Europea y América Latina, por lo que es pieza clave en esa articulación.

América Latina es, además, un pilar fundamental del mundo occidental, necesario para reforzar las relaciones transatlánticas. Estados Unidos y España somos los primeros inversores del mundo en América Latina. La inversión acumulada de las empresas españolas, que siempre han creído en América Latina, por más que hayamos tenido algunos problemas, alcanza los doscientos mil millones de dólares y continúa aumentando.

España cree en la seguridad jurídica y en la apertura comercial. Por ello hemos querido participar en la Alianza del Pacífico y fuimos el primer país europeo en ser admitido como observador. Estados Unidos ha seguido recientemente este mismo camino, como lo han hecho Japón, Canadá o Francia. Este proceso de integración económica recuerda el que los europeos iniciamos en los años 50 del siglo XX y tiene el valor añadido de la vocación asiática. La Alianza del Pacífico es, además, la vertiente latinoamericana del Acuerdo de Asociación Transpacífico que, sin duda, pasa a ser clave de bóveda de la nueva arquitectura global. 

Todo esto muestra la centralidad de América Latina en la actualidad. El mundo hispano crece y Estados Unidos es reflejo indiscutible de esta nueva realidad.

Señoras y señores, voy terminando.

Los ciudadanos son nuestro principal vínculo de unión con América y nuestro mejor activo. Muchos de los ciudadanos de este país hablan en español y cada vez más españoles llegan como emprendedores o de la mano de empresas españolas que invierten en Estados Unidos.

Científicos y tecnología española colaboran con la NASA en la misión de Marte o participan en los más avanzados proyectos internacionales, como el acelerador de partículas CERN de Ginebra. Multinacionales españolas de la energía, la banca, las infraestructuras, las telecomunicaciones o la moda son líderes globales y plenamente competitivos en mercados tan exigentes como el de Estados Unidos.

Quiero recordar a uno de esos españoles que dio lo mejor de sí en esta tierra de acogida, el filósofo hispano-estadounidense Jorge Santayana, fallecido, precisamente hoy, hace 61 años. Santayana nos dejó una sabia enseñanza: «Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo».

España ha dado numerosas muestras de ser un país con la fuerza y la vitalidad necesarias para superar cualquier reto. Nuestra rica pluralidad nos hace ser un país fuerte, estable y dinámico en la nueva sociedad internacional de manera comprometida y solidaria.

Les hablo, queridos amigos, de una España moderna y activa en Europa, volcada al Mediterráneo y conectada con una América que se asoma al Pacífico como lo hicieron los primeros navegantes españoles hace ya algunos siglos. Hoy España, con la segunda lengua en Internet y una posición geopolítica de vanguardia, está preparada para abordar la realidad global con un renovado espíritu emprendedor.

España ha asumido las enseñanzas del pasado. Sabemos a dónde vamos, tenemos un plan, determinación para cumplirlo y una mayoría que nos apoya. España ha vuelto y lo ha hecho para quedarse.

Muchas gracias.

Ruth Porat’s conversation with Mariano Rajoy at the CFR on Sep 24, 2013

Q/A SESSION

(APPLAUSE)

(UNKNOWN): Thank you very much for those comments (inaudible) very powerfully and eloquently addressed the…

(UNKNOWN): (OFF-MIKE).

(UNKNOWN): … issue of the importance of global collaboration both for political peace and security as well as for economic upside. What I’d like to do though is really start the questions where you began and where you ended, which is the strength and momentum in Spain.

This — this one.

Before I pose the question, we’ll make sure you can have the translation.

So I’d like to start, as I said, the question where you began — doesn’t work?

Can you hear — is it now in English — Spanish?

No?

Yes, we’re solving world problems but not technology.

So the first question is economists are estimating that GDP in Spain has troughed — no?

(LAUGHTER)

(UNKNOWN): Nothing?

Well we’ll try the other one.

Is it good now?

Excellent.

So, economists are estimating that GDP growth in Spain has troughed, and that, in fact, they’ll deliver 1 percent positive GDP growth next year, and really point to many of your policies that took the economy from consumer driven to export driven. And in fact, exports in Spain are now growing at a rate faster than global exports.

And, one of the areas often pointed to is what you’ve been able to accomplish in the automotive sector, really attracting foreign investors due to improved wages and price competitiveness.

So when we think about the strength in Spain, can you give us other — give investors other examples of the impetus behind — the power behind this move to more of an export market?

RAJOY (THROUGH TRANSLATOR): Well it’s true that the foreign sector as I said during my speech is doing very well and it’s been doing very well in recent months.

Spain had a foreign exchange — foreign deficit of 11 percent and we’re ending this year with a 2.5 percent surplus of GDP. The trade balance has been very important which is in balance.

As you said, it’s export-driven. No other country in the European Union can say that right now. And very diversified exports, because traditionally, we exported to the Eurozone, but we’ve increased our exports to the Americas, to Asia, to Africa, as I said in my speech.

We’ve also seen — this has been a consequence of the reforms that the government of Spain has put in — that is now underway — very important reforms. We approved a budget stability law to control public accounts, which is working out very well. We’ve done labor reform. We’ve restructured the banking sector. We’ve launched an energy sector reform, a very important energy reform. We’ve had reforms in the public administration, which has led to the fact that there are now 300,000 less civil servants than there were before in our country. And logically, all of these things are enabling us to streamline to improve our competitiveness.

We’ve had a civil servant salary freeze. And we have — exports are rising, as I said. And when I came into government, there was no foreign investment. There just wasn’t any. No, there wasn’t direct investment, there wasn’t real estate investment.

The first six months of this year, foreign investment has gone back the — to the level it was at six years ago. Look at the level of investment when — just recently when everybody was leaving Spain. And now, we’ve recovered, and that’s been very positive. And also, in the real estate sector, we’ve seen major investment from foreign investors.

Now, what’s going on here? It’s a question of good governments, of having cleaned up accounts, of being competitive, of meeting our commitments, and to have legal certainty.

A lot of people think that the most export sector in Spain is that of the automotive industry. That’s not true. Above all, Spain is exporting manufactured products, equipment. Second is chemical products. The agro business is very important in Spain. We’ve had so much investment there recently.

So, Spain has an economy that’s highly diversified. We still have a lot to do. We have to improve consumer spending, obviously. We need to have a better flow of credit. But at the end of the day, I would say that the only thing you can do in life is to do things as seriously as you can. And when you do that, you get a good — a good effect.

PORAT: Excellent.

I think that takes us to the next question I have, and then we’ll turn it over to our members here.

«A key element of your platform was clearly reducing unemployment in Spain. And it’s difficult for foreigners to gage really what is that unemployment level. Reports suggest it’s around 26 percent. But there are two issues that are often discussed. One is the size of the underground economy — the percentage of people gainfully employed, but not paying taxes. And the other is the magnitude of the problem of youth unemployment, which is estimated to be double whatever that real number for Spain’s unemployment level.

«Can you help us understand what actual — how should we think about unemployment? And are more measures needed, in particular, to address the elevated levels of unemployment among youth»?… MORE

 

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